martes, 18 de septiembre de 2018

Electroencefalografía neonatal, prematuros: generalidades.

La actividad electroencefalográfica discontinua es característica e incluye tramos de inactividad bioeléctrica cortical, asimetrías interhemisféricas y puntas y ondas agudas; una de las claves para distinguirlo de la inactividad bioeléctrica cortical patológica es que responde a estímulos. Hacia la semana 37 va siendo sustitida por el tracé alternant. 

Las puntas y las ondas agudas pueden ser normales en bebés prematuros y a término, por ejemplo las ondas agudas frontales (encochés frontales); las ondas agudas patológicas suelen ser localizadas, persistentes y correlacionalbes con crisis epilépticas. 

No es fácil en todo caso distinguir entre sueño y vigilia ni entre sueño REM y NREM. 

A veces distinguir entre el electroencefalograma normal y el patológico requiere una adecuada correlación clínica y registros sucesivos; las crisis epilépticas con frecuencia son sutiles, pequeños cambios corporales, chupeteo, etc.; en general los siguientes hechos indican anormalidad en el electroencefalograma: asincronía excesiva entre brotes en mayores de 36 semanas, actividad aguda claramente focal, ondas agudas positivas en prematuros con hemorragia intraventricular, ondas agudas focales repetitivas coincidiendo con convulsiones, patrones desorganizados prehipsarrítmicos, patrón isoeléctrico o casi isoeléctrico en casos de daño grave, trenes de actividad rítmica seudoalfa, seudobeta, seudotheta o seudodelta, que habitualmente representan actividad ictal. 

En prematuros son característicos los ripples of prematurity (delta brushes), trenes de ondas de bajo voltaje a 16 Hz (8-22 Hz) y 20-150 microvoltios, entremezclados con delta (0,8-1,5 Hz y 50-200 microvoltios); no son los precursores de los husos del sueño y suelen desaparecer a término. 

En prematuros es carácterística la clonic chin activity (jaw jerking, clonus mandibular), que también puede observarse en recién nacidos a término (sobre todo durante el NREM). El movimiento es similar al del castañeteo de los dientes por frío, y puede persistir en bebés mayores, por lo que a veces es preciso aclarar a los padres su significado. 

Las crisis pueden ser unilaterales y alternando entre hemisferios (también en bebés a término).

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