Alteración de conciencia, aumento de tensión intracraneal, retinopatía hipertensiva con papiledema, convulsiones.
La hipertensión sistólica y diastólica puede estar producida por hipertensión intracraneal, polineuropatía, síndrome de Riley-Day, sección medular, y puede tener origen psicógeno.
La hipertensión arterial puede producir: cefalea occipital pulsátil, mareos, inestabilidad, vértigo, tinnitus, hemorragia cerebral por rotura de aneurismas de Charcot-Bouchard, hipertensión intracraneal y encefalopatía hipertensiva.
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