Menos de 29 semanas: no se pueden identificar estadios; periodos de aumento de actividad alternan con periodos de quietud, los movimientos oculares son infrecuentes, la respiración es irregular, son frecuentes el clonus mandibular y las posturas tónicas lentas (que a veces plantean el diagnóstico diferencial con crisis); los movimientos tónicos parecen predominar hasta las semanas 32-34, momento en que comienzan a hacerse más frecuentes los movimientos fásicos; el clonus mandibular puede persistir en bebés mayores, pero sobre todo en el sueño NREM. El clonus mandibular podría ser el equivalente a la succión no nutritiva descrita por Wolff (1968). En ocasiones una mayor actividad corporal y algunos movimientos oculares sugieren una incipiente organización del sueño REM. Patrones discontinuos, brotes de frecuencias mezcladas (0,5-14 Hz; 50-300 microvoltios); a veces puede apreciarse un gradiente anteroposterior; también se entremezclan ondas agudas; actividad de fondo inactiva o de bajo voltaje de segundos a 2 minutos; trazado en definitiva discontinuo (puede seguir así en NREM hasta la semana 34-36). No se debe confundir la discontinuidad con brotes de supresión en REM y NREM en mayores de 34-36 semanas, que son anormales. Ya se ven delta brushes de alto voltaje, incorporados a los brotes de frecuencias entremezcladas. Se ven brotes de actividad theta aguda en regiones temporales. Poca sincronía entre hemisferios en menores de 29 semanas CA, y menos sincronía cuanto más prematuro sea el bebé y más discontinuo sea el trazado. Cuando se puede distinguir REM de NREM, la sincronía interhemisférica entre los brotes de trazado alternante disminuye, y aumenta progresivamente con la CA, hasta llegar al 100% a término.
A las 24-26 semanas desde la concepción (CA): no se pueden distinguir fases del sueño.
A las 28-30 semanas: se puede distinguir a veces el sueño activo.
Semana 29-31: las puntas y ondas agudas temporales pueden ser fisiológicas (y a más edad también, durante el periodo neonatal). Todavía no hay organización cíclica de los estadios, pero ya hay periodos con más movimientos corporales y oculares, y respiración más irregular (REM inicial). La respiración sigue siendo irregular, lo cual impide definir claramente una fase NREM, aunque sí se pueden llegar a ver breves periodos de quietud relativa con respiración regular. Periodos inactivos más cortos, delta brushes abundantes (más durante REM; la tendencia opuesta aparece a las 34-36 semanas); más adelante predominan en región occipital, pero a esta CA son difusos y se pueden confundir con theta temporal de alto voltaje, a veces de hasta 200 microvoltios, algo típico de esta CA.
A las 32-34 semanas, durante el sueño tranquilo aparece actividad discontinua que alterna con tramos de silencio eléctrico; durante el sueño activo hay lentificación difusa irregular continua con ripples y alguna actividad oculográfica; durante vigilia hay actividad lenta continua. A partir de la semana 32 se suelen poder apreciar periodos de quietud en movimientos de ojos y cuerpo que preludian el sueño tranquilo.
A las 34-35 semanas pueden aparecer puntas u ondas agudas frontales (encochés frontales), o ambas, que pueden ser normales, y pueden persistir más de 4 semanas tras el nacimiento; pueden ser sincrónicas o asincrónicas, y con o sin componente lento; pueden coexistir con trenes de ondas a 2-4 Hz (disritmia lenta anterior); y si son constantemente unilaterales o excesivamente abundantes y persistentes en varios estadios y en registros seriados, se pueden considerar patológicas, sobre todo si aparecen anomalías electroencefalográficas de fondo y correlación clínica compatible. A las 34 semanas suele predominar el sueño activo. Los movimientos corporales se van haciendo más fásicos que tónicos, los movimientos oculares tienden a ir apareciendo en brotes. Se va diferenciando REM de NREM. Pueden ir apareciendo epochs cortos de respiración regular. En el electromiograma ya aparece disminución de actividad durante REM. Abundan los estadios transicionales. En el electroencefalograma: durante vigilia y REM hay algo de continuidad, aunque siguen apareciendo largos periodos de discontinuidad; predominan las frecuencias en la banda delta (30-120 microvoltios), con gradiente de organización espacial más claro, con predominio posterior de la amplitud, a menudo con sincronía bilateral; pueden interrumpir la base inactiva al azar; se ven ritmos más rápidos, por ejemplo: el huso de los delta brushes; los periodos de discontinuidad son ya más cortos que en prematuros menores; aumentan las puntas y ondas agudas multifocales, tanto en vigilia como en REM y NREM; empieza la reactividad a estímulos, que suele consistir en atenuación de la base (actividad de fondo, o background), y puede haber otros cambios, sobre todo a más edad; la falta de respuesta a estímulos es un signo desfavorable; abundan los periodos de sueño transicional, más que a mayor edad, pero no sirven para estimar la CA, porque son variables entre niños.
A las 34-37 semanas se empiezan a identificar ya los ciclos vigilia-sueño y REM-NREM; en REM predominan movimientos oculares más vigorosos (incluidos los verticales), movimientos corporales fásicos (faciales, de miembros) y disminución del tono muscular; en fase NREM, la quietud motora, excepto algunos sustos o sobresaltos y algunos movimientos oculares infrecuentes, se acompaña por periodos más largos de respiración regular; las transiciones REM-NREM son frecuentes o infrecuentes, e impredecibles; si los patrones de las fases, y del electroencefalograma, permanecen invariables a partir de la semana 34 es signo de anormalidad en el sistema nervioso central; se van haciendo identificables los estadios: en el REM predomina el patrón continuo con actividad theta-delta mezclada (20-100 microvoltios); beta presente con gradiente anterior (delta: máximo posterior); los brotes delta siguen apareciendo, pero ahora son más frecuentes en NREM; en REM van disminuyendo de la 34 a la 37; en NREM aparecen brotes delta (delta brushes) más frecuentemente; persiste la discontinuidad, pero los periodos inactivos son más cortos; menos ondas agudas multifocales entre los brotes, y tienden a aparecer más con los brotes; las ondas agudas frontales son más frecuentes y de voltajes mayores (encochés frontales); comienza el patrón de trazado alternante (que predomina desde la semana 37 hasta postérmino), que reemplaza al trazado discontinuo de prematuros menores; la sincronía del trazado alternante varía desde el 60% de la semana 34 al 80-90% de la 37; reactividad inespecífica a estímulos presente en todas las fases; con los estímulos aparece disminución de la actividad de base, o, menos frecuentemente, aumento de la actividad de base; aumenta la probabilidad de registrar un estadio 3, que, a diferencia del REM, muestra electromiograma activo, y menos delta posterior (y de menor amplitud).
A las 36-38 semanas, hay patrones difusos de voltaje bajo, lentificación difusa (mayoritariamente delta); brotes de actividad a 10-14 Hz; declinan y desaparecen los ripples. A las 36 semanas suele aparecer el sueño tranquilo, aunque desde la semana 32 se pueden apreciar periodos de quietud de los movimientos de ojos y cuerpo.
38-40 semanas: cambios cíclicos sueño-vigilia y REM-NREM establecidos, y con patrones diferenciados; los patrones perinatales terminan de aparecer a las 4-10 semanas postérmino o 44-50 semanas CA.
Recién nacido a término (38-42 semanas): durante el sueño tranquilo el trazado es discontinuo (tracé alternant; que es transitorio, y consiste en trechos de caída de voltaje, y desaparece en un mes; en cambio el patrón en brotes-supresión, que es patológico, es constante, con trechos de supresión de actividad o trazado casi isoeléctrico), con brotes de 1 a 10 segundos de actividad rápida y lenta mezclada, y descargas agudas y periodos de depresión de voltaje con frecuencias mezcladas de 6-10 segundos de duración; sin actividad oculográfica, o irrelevante; respiración regular; 2/3 del sueño total; despertares espontáneos: se producen sólo en el sueño activo (futuro REM); el sueño activo ocupa 1/3 del sueño; la vigilia ocupa 1/3 del día; el sueño puede empezar por REM; al cabo de un mes empieza a dominar el REM y a estructurarse el sueño.
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