La lentificación del EEG indica una afectación cortical, o subcortical, o corticosubcortical, focal o difusa.
Según experiencia propia, con frecuencia suele ser precisa la neuroimagen y la clínica para establecer totalmente una correlación específica entre el electroencefalograma en cada caso particular, porque la afectación cortical focal puede corresponder a un electroencefalograma con signos de lentificación difusa, como pueda ser actividad posterior lentificada (5-7 Hz, sobre todo) y actividad theta o theta-delta difusa, ocasionalmente con predominio en alguna región, como la bitemporal), por ejemplo, en casos de accidente vascular cerebral con afectación corticosubcortical multifocal, o en casos de pacientes con un meningioma.
La lentificación del electroencefalograma suele implicar a todas las ondas que se puedan observar. Por ejemplo, si el electroencefalograma está lentificado, las ondas agudas se irán degradando en proporción con la lentificación de fondo, hecho importante a tener en cuenta a la hora de detectar dichas ondas agudas, especialmente en casos de estatus. En estas situaciones las ondas agudas conservan su morfología característica pero presentan mayor duración, pudiendo llegar a presentar una morfología roma. Como la lentificación suele implicar a todo tipo de actividad electroencefalográfica, una actividad beta de origen medicamentoso, por ejemplo, durante una sedación, puede irse lentificando progresivamente, pudiendo pasar, por ejemplo, de 15 Hz a 7 Hz, conforme se va profundizando en el grado de sedación.
La afectación cortical difusa (encefalopatías diversas, edema, atrofia, etc.) suele corresponder a un electroencefalograma con signos de lentificación difusa, pero ocasionalmente también aparecerán solamente signos de lentificación focal, excepciones que hay que tener en cuenta.
La afectación corticosubcortical difusa, a diferencia de la focal, suele corresponder a una lentificación difusa en el electroencefalograma, y rara vez a una lentificación sólo focal. Si aparece FIRDA (no se debe confundir la FIRDA con otros tipos de actividad delta generalizada sincrónica parecida, como la bitemporal, que también es frecuente y se correlaciona con otro tipo de cuadros, y tampoco debe confundirse con una punta-onda rudimentaria), en una mayoría de los casos la FIRDA se correlaciona con una afectación corticosubcortical, la mayoría de las veces en relación con un problema vascular (hemorragia parenquimatosa, infartos encefálicos, leucoaraiosis, etc.). También se observa la FIRDA en relación con la atrofia encefálica de origen diverso, así como con una serie de cuadros diversos con afectación corticosubcortical difusa que incluyen el Alzheimer, meningitis, hidrocefalia, hipovitaminosis B12, lentificación postcrítica, meningioma, migraña, etc. También se observa en la sedación profunda, y precediendo al comienzo de la aparición de periodos de supresión.
En mayores de 60 años lo más relacionado con la FIRDA son los problemas de tipo vascular, y de éstos, la mitad aproximadamente habrán hecho exitus en los siguientes 2 años tras la observación de la FIRDA, según observaciones personales, por lo que es probable que la FIRDA en estas circunstancias sea un factor de mal pronóstico.
Se puede observa un EEG lentificado en:
Acidosis.
Adrenoleucodistrofia.
Alucinosis delirante (lentificación frontal).
Amnesia global transitoria.
Coma mixedematoso (actividad delta bilateral).
Corea de Huntington.
Déficit de ácido nicotínico.
Déficit de vitamina B12 (electroencefalograma: actividad lenta difusa, theta/delta continuo y en trenes, mala correlación electroencefalograma/clínica, el electroencefalograma mejora con B12; lo más frecuente es theta generalizada, o delta generalizada, continua o paroxística, y a veces focal).
Demencia multiinfarto.
Disulfiram.
Eclampsia.
Electroshock seriado.
Encefalitis.
Encefalopatías en general, indicando afectación cortical difusa (con o sin afectación focal).
Encefalopatía por acrodinia (enfermedad rosa, por hipersensibilidad al mercurio; electroencefalograma: lentificación, trenes de beta, paroxismos).
Encefalopatía postanóxica.
Enfermedad de Alzheimer.
Enfermedad de Batten-Spielmeyer-Vogt-Sjögren.
Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.
Enfermedad de Fukuhara (enfermedad mitocondrial. electroencefalograma: lentificación y ondas agudas).
Enfermedad de Lafora (paraparesia espástica, biopsia de músculo, electroencefalograma: lentificación; puntas occipitales bilaterales, etc).
Enfermedad de Parkinson.
Enfermedad de Pick.
Enfermedad de Tay-Sachs.
Enfermedad de Wilson.
Enfermedad del jarabe de arce (electroencefalograma: lentificación y paroxismos).
Fiebre reumática (electroencefalograma: normal, o actividad lenta focal o difusa, o descargas punta-onda).
Epilepsia.
Fiebre.
Hidrocefalia con presión normal.
Hiperglicemia no cetósica (electroencefalograma: brotes de supresión en neonato; lentificación y focalidad).
Hipertermia.
Hipoglucemia.
Hipotiroidismo.
Intoxicación barbitúrica.
Intoxicación por bismuto (electroencefalograma: lentificación y paroxismos).
Jaqueca.
Leucodistrofia.
Leucoencefalopatía multifocal progresiva.
Litio (electroencefalograma: lentificación y actividad paroxística; toxicidad: actividad delta paroxística con máximo anterior y alto voltaje).
Lupus eritematoso sistémico.
Macroglobulinemia de Waldenstrom (electroencefalograma desorganizado).
Manganeso (electroencefalograma: lentificación y paroxismos).
Meningitis.
Meprobamato.
Mononucleosis infecciosa (complicaciones neurológicas: encefalitis, mielitis transversa, síndrome de Guillain-Barré, etc. electroencefalograma: normal, lentificación difusa o focal, paroxismos).
Monóxido de carbono (electroencefalograma: lentificación y paroxismos).
Neurolépticos (lentificación, estatus, síndrome neuroléptico maligno: puede aparecer lentificación del electroencefalograma, o no).
Neurosífilis (electroencefalograma: lentificación, sobre todo frontal, buena correlación entre el electroencefalograma, la gravedad del proceso y la respuesta terapéutica).
Panencefalitis esclerosante subaguda.
Parálisis supranuclear progresiva.
Pelagra (ondas lentas en secuencias repetitivas de predominio temporal, a veces asimétricas).
Plomo (lentificación y paroxismos).
Síncopes por vasodepresión o cardioinhibición.
Síncope vaso-vagal.
Síndrome de Addison.
Síndrome de Gilles de la Tourette (tics múltiples y crónicos, incluyendo coprolalia, discinesia, electroencefalograma: artefacto muscular, lentificación y ondas agudas; haloperidol).
Síndrome de Lesch-Nyhan.
Síndrome de Knud Krabbe.
Síndrome de Hallervorden-Spatz (electroencefalograma: ondas agudas y lentas).
Síndrome de Korsakoff (electroencefalograma: lentificado, pero menos que en la encefalopatía de Wernicke; en el polisomnograma más intervalos de despertar nocturno, y disminución de latencia REM).
Síndrome de Lesch-Nyhan.
Síndrome de Wernicke-Korsakoff (electroencefalograma: en la encefalopatía de Wernicke la lentificación aumenta progresivamente, lo cual podría tener valor pronóstico).
Síndrome neuroléptico maligno (electroencefalograma: lentificación inespecífica; puede haber o no lentificación).
Trastorno por déficit de atención (lentificado, o heterocronía, o normalidad).
Trastornos del ciclo de la urea (lentificación y puntas).
Trastornos del comportamiento (heterocronía, alfa lento, paroxismos, theta dominante).
Traumatismo craneoencefálico.
Uremia (lentificado).
Xantomatosis cerebrotendinosa.
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