martes, 2 de octubre de 2018

FIRDA.

Frontal intermitent rythmic delta activity: Consiste en brotes delta en el electroencefalograma en el polo anterior en procesos con deterioro neuronal orgánico (más progresivo en demencias o encefalopatías y más fluctuante en daño neuronal por accidente vascular cerebral o arteriosclerosis cerebral). 

Delta focal indica, entre otras posibilidades, tumor, accidente vascular cerebral, epilepsia, traumatismo craneoencefálico, hematoma, aleraciones metabólicas, etc. 

Según experiencia propia la FIRDA se ve con frecuencia en la práctica clínica cotidiana, varios casos cada semana, y aparte de tener un posible origen talámico en algunos casos, en otros resultan útiles para deslindar lo funcional (de causa orgánica pero indemostrable) de lo orgánico (con repercusión funcional también, pero cuya base estructural dañada es demostrable de algún modo aparte de por la alteración funcional y la alteración en el electroencefalograma), en pacientes con deterioro neurológico central del tipo que sea (demencia, depresión, encefalopatía, accidente vascular cerebral, etc.). 

Según observaciones personales presenta un voltaje variable (sin significado conocido), y en conjunto suele correlacionarse con una afectación cortical o corticosubcortical difusa que va desde leve hasta acusada (grado que queda determinado en la práctica en función de la situación clínica correlativa, ya que la FIRDA por sí sola no parece permitir especificar este extremo hasta ahora). 

Si aparece FIRDA (no se debe confundir la FIRDA con otros tipos de actividad delta generalizada sincrónica parecida, como la bitemporal, que también es frecuente y se correlaciona con otro tipo de cuadros, y tampoco debe confundirse con una punta-onda rudimentaria) en la mayoría de los casos la FIRDA se correlaciona con una afectación corticosubcortical, la mayoría de las veces en relación con un problema vascular (hemorragia parenquimatosa, infartos encefálicos, leucoaraiosis, etc.). 

También se observa la FIRDA en relación con la atrofia encefálica de origen diverso, así como con una serie de cuadros diversos con afectación corticosubcortical difusa que incluyen el Alzheimer, meningitis, hidrocefalia, hipovitaminosis B12, lentificación postcrítica, meningioma, migraña, etc. 

También se observa en la sedación profunda, y precediendo al comienzo de la aparición de periodos de supresión. 

En mayores de 60 años lo más relacionado con la FIRDA son los problemas de tipo vascular, y de éstos, la mitad aproximadamente habrán hecho exitus en los siguientes 2 años tras la observación de la FIRDA, según observaciones personales, por lo que es probable que la FIRDA en esas circunstancias sea un factor de mal pronóstico. Véase lentificación. 

En niños parece ser que podrían ser más frecuentes la OIRDA, cuya diferencia es que aparecen en región occipital y con frecuencia en relación con epilepsia tipo pequeño mal, aunque también se observan en adultos.

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