-Clasificación:
1. Parasomnias (tratamiento: benzodiacepinas, ansiolíticos, antidepresivos tricíclicos en dosis nocturna, psicoterapia):
Trastornos del despertar: despertar confusional, sonambulismo, terrores nocturnos.
Trastornos de la transición vigilia-sueño: movimientos rítmicos del sueño, sobresaltos del sueño, somniloquia, calambres nocturnos en los miembros inferiores.
Parasomnias habitualmente asociadas al sueño REM: pesadillas, parálisis del sueño (adolescentes con fatiga o privación del sueño; diagnóstico diferencial con parálisis hipopotasémica); trastornos de las erecciones fisiológicas en relación con el sueño; erecciones dolorosas ligadas al sueño; parada sinusal ligada al sueño REM; trastorno del comportamiento durante el sueño REM; cefaleas (migraña, cluster headache, migraña paroxística).
Otras parasomnias: bruxismo (aparece en fase 2 o en REM; si aparece en fase 2, disminuye la fase 2, y se observa ausencia de sueño de ondas lentas y de REM; si aparece en fase REM, no desaparecen estas fases); enuresis del sueño; síndrome de deglución anormal ligada al sueño (aspiraciones; diagnóstico diferencial con apneas); distonía paroxística nocturna; síndrome de muerte súbita e inexplicada durante el sueño; ronquido primario; apnea del sueño en la infancia; síndrome de hipoventilación central congénita; síndrome de la muerte súbita del lactante; mioclonias neonatales benignas del sueño; síndrome del estallido cefálico; otras parasomnias no identificadas.
2. Disomnias:
Trastornos intrínsecos del sueño: insomnio psicofisiológico (asociación con rituales, que empeoran el insomnio); mala percepción del sueño (creencia en el padecimiento de un insomnio intenso); insomnio idiopático; narcolepsia; hipersomnia recurrente; hipersomnia idiopática; hipersomnia postraumática; síndrome de apnea obstructiva durante el sueño; síndrome de apneas centrales durante el sueño; síndrome de hipoventilación alveolar central; movmientos periódicos de las extremidades; síndrome de las piernas inquietas (tratamiento: clonazepam, 0,5-2 miligramos en una dosis nocturna, descansando fin de semana y vacaciones); trastorno intrínseco del sueño no especificado.
Trastornos extrínsecos del sueño: higiene del sueño inadecuada; trastorno del sueño ligado a un factor ambiental; insomnio de altitud; trastorno del sueño ligado a una circunstancia particular; síndrome del sueño insuficiente; trastorno del sueño ligado a horarios demasiado rígidos; trastorno del adormecimiento ligado a una perturbación de la rutina al acostarse; insomnio por alergia alimentaria; síndrome de bulimia nocturna; síndrome de potomanía nocturna; trastorno del sueño ligado a una dependencia de hipnóticos, estimulantes, alcohol; trastornos del sueño de origen tóxico; trastorno extrínseco del sueño no especificado.
3. Trastornos del sueño ligados a enfermedades orgánicas o psiquiátricas:
Asociados a trastornos pisquiátricos: psicosis, trastornos afectivos, ansiedad, pánico, alcoholismo.
Asociados a trastornos neurológicos: enfermedades degenerativas cerebrales, demencia, enfermedad de Parkinson, insomnio familiar fatal, epilepsia ligada al sueño, estado de mal epiléptico ligado al sueño, cefaleas nocturnas.
Asociados a otras enfermedades: enfermedad del sueño, isquemia cardíaca nocturna, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, asma nocturna, reflujo gastroesofágico durante el sueño, úlcera péptica, síndrome de fibrositis.
4. Trastornos del ritmo circadiano de sueño: síndrome de los vuelos transmeridianos (jet lag), trastorno del sueño en relación con un trabajo a turnos, patrón de vigilia-sueño irregular, síndrome de la fase de sueño adelantada, síndrome del ciclo nictameral mayor de 24 horas, trastorno del ritmo circadiano de sueño no especificado.
-Trastornos característicos de la fase NREM: distonía paroxística nocturna, somniloquio (durante arousal). En el sueño NREM a veces se activan los brotes paroxísticos de las epilepsias generalizadas, y se generalizan los de las focales (posible fuente de error). La actividad electroencefalográfica con algún significado clínico se ve ocasionalmente en las fronteras sueño-vigilia y en las transiciones NREM-REM. En los procesos orgánicos las anomalías electroencefalográficas pueden desaparecer en la fase de sueño superficial y algún tiempo tras despertarse.
-Trastornos característicos de la fase REM: somniloquio, mioclonia nocturna (menor de 100 milisegundos), K-alfa (microarousal formado por complejo K seguido de varios segundos de ritmo alfa), movimientos periódicos de las piernas (0,5-5 segundos de duración; en las formas estereotipadas se repiten cada 20-40 segundos), sobresaltos hipnagógicos (se deben a vigilia momentánea), síndrome de bradiarritmia relacionado con el sueño REM (Guilleminault, raro, asistolia prolongada hasta 11-15 segundos, sólo durante el sueño, puede haber bloqueo auriculoventricular completo, no tiene relación con la bradicardia diurna).
-Trastornos del ciclo circadiano: síndromes por retraso o avance de la fase de sueño. Tratamiento: cronoterapia, vivir días de 27 horas una semana, atrasando cada día 3 horas al acostarse. Retraso: aparente insomnio de inicio (puede recurrir a drogas para dormir). Avance: más frecuente en ancianos.
Síndrome de sueño-vigilia distinto de 24 horas (síndrome hipernictameral): lo normal es 24,5-25,5 horas. El sistema nervioso central puede no responder a las imposiciones horarias y entonces aparece este síndrome. Van avanzando 0,5-1,5 horas/día hasta dormir de día y luego otra vez de noche. Puede aparecer en ciegos.
-Trastorno del comportamiento del sueño REM: el sueño REM es más reparador, quizá por eso los ataques en esta fase son más imperativos.Trastorno del comportamiento del sueño REM: REM sin atonía. Comportamiento agresivo inusual en añosos (o no, pues personalmente se han observado dos casos en niños pequeños también) durante fase REM. Ni problemas psiquiátricos ni agresividad durante el día. Suele ocurrir en la segunda mitad de la noche. Despertar incompleto, con pataleo, puñetazos, etc. Parece ser que se ha visto en conjunción con enfermedades neurológicas (demencia, hemorragia subaracnoidea, degeneración olivopontocerebelosa, síndrome de Gullain-Barré). En ocasiones podría formar parte del Parkinson promotor (manifestaciones 10 o 20 años de las motoras, incluyendo depresión, pérdida de olfato, trastorno del comportamiento del sueño REM, etc. Se desconoce el valor predictivo de las manifestaciones promotoras, pero, cuando aparece trastorno de comportamiento de fase REM asociado a Parkinson, éste suele cursar con más frecuencia con disautonomía). Electroencefalograma: brotes fásicos REM, potenciales “mioclónicos” en el electromiograma, artefactos por movimiento durante patrones de tipo REM. Los ataques recuerdan a los que se producen en los gatos al suprimir la atonía y parálisis durante el sueño REM, lesionando el tegmento pontino. Otras causas: idiopático (mayores de 60 años, en su mayoría varones), neurolúes, “accidente” vascular cerebral agudo, esclerosis múltiple, tumores del tronco encefálico, antidepresivos tricíclicos, biperideno, abandono del alcohol, sedantes. Tratamiento: clonazepam en toma nocturna.
-Enuresis relacionada con el sueño (enuresis nocturna): 15% en niños de 5-6 años. Afecta más a varones. Micción involuntaria a una edad en que se debería haber logrado el control de la vejiga (3 o más años). Al principio se describió en el primer tercio de la noche durante el despertamiento parcial desde el sueño de ondas lentas, pero se ha observado en todas las fases del sueño y durante la micción puede no haber signos de despertamiento total en el electroencefalograma. El enurético con frecuencia es difícil de despertar y una vez despierto muestra confusión, desorientación y falta de un recuerdo organizado del sueño. Según algunos autores, las vejigas de los enuréticos son más reactivas a estímulos, son más pequeñas y tienen menos sensación de repleción vesical. La enuresis secundaria, es decir, tras 6 meses de control normal, suele tener un fundamento emocional.
-Sacudidas de la cabeza en relación con el sueño (sleep-related head banging, jactatio capitis nocturna): sacudidas de la cabeza de un lado a otro y con menor frecuencia del cuerpo. Ocurre al inicio del sueño, en fases 1a y 1b (forma predormicional), o durante cualquier otro estadio del sueño (forma dormicional). No interfiere, o casi nada, en la marcha del sueño. Puede verse en niños normales, quizá en casos de estrés o disarmonía familiar, y con más frecuencia en retraso mental (en este caso es más frecuente la forma dormicional o dormital form). Aparece también en mayores de un año y puede persistir en adolescencia. Suele ser familiar. Tratamiento: acolchamiento. Suele desaparecer en el segundo o tercer año de vida, excepto cuando ha habido traumatismo craneoencefálico, o si hay trastorno psicopatológico de fondo. 3 tipos: head banging, head rolling, body rocking. Mayor prevalencia en menores de un año. Rara en mayores de 4 años. Excepcional en adolescentes y adultos, en estos casos puede deberse a agotamiento, retraso mental, etc. Electroencefalograma: no signos de epilepsia.
-Bruxismo: puede ser diurno o nocturno.
-Parálisis familiar del sueño: benigna.
-Tumescencia del pene: ocurre en fase REM.
-Erecciones dolorosas.
-Cefalea durante REM: cluster headache, hemicránea paroxística (en fase REM aumenta la vasodilatación, en NREM aumenta la vasoconstricción).
-Trastornos del despertar y paroxísticos: suelen desaparecer en la adolescencia. Aparecen durante el sueño de ondas lentas. Son cuatro: despertar confuso (borrachera del sueño nocturno), sonambulismo, distonía hiponogénica paroxística y terror nocturno. Los tres cursan con confusión, desorientación y amnesia retrógrada. Ataques recurrentes pueden ser provocados despertándolos a la fuerza en fase 3 y 4. Se asocian a despertares completos desde el sueño de ondas lentas profundo (ya sean espontáneos o provocados). Por todo esto, han sido considerados trastornos del despertar. No son fenómenos epilépticos y por tanto debe hacerse el diagnóstico diferencial con la confusión nocturna, los automatismos y los ataques de miedo con origen en crisis epilépticas (raros).
Despertar confuso: borrachera del sueño nocturno. Confusión, desorientación, mala coordinación, comportamiento automático y grados variables de amnesia al despertarse del sueño profundo. Ocurren típicamente con arousals en la primera parte de la noche durante estadios 3 y 4, y son especialmente frecuentes en niños. Los individuos normales también muestran cierta torpeza si se les despierta en fases 3 y 4. Electroencefalograma durante el cuadro confusional: o bien similar al de un estadio 1b, o bien con alfa no reactivo a la luz (llamado por algunos estadio 1a). Diagnóstico diferencial: borrachera del sueño matinal, que aparece en el 50% de los pacientes con hipersomnia idiopática. Un tipo diferente de despertar confuso se observa al despertar desde fase REM, es más frecuente en viejos y en hipersomnias por rebote REM (por ejemplo, tras abandonar drogas que suprimen REM), y se caracteriza por experiencias alucinatorias durante estados intermedios entre sueño REM y vigilia (esto último es bastante conocido en el caso de la alucinosis alcohólica).
Sonambulismo: es el trastorno del sueño más frecuente en la infancia. Prevalencia del 15% entre 3 y 5 años. Desencadenantes: tioridacina, litio, privación de sueño, fiebre, desipramina, perfenacina, distensión vesical, etc. Más frecuente durante el primer tercio de la noche. Conducta compleja, estereotipada. Si se le despierta no recuerda el ataque y sólo recuerda imágenes fragmentadas. Ocurren durante 3 y 4. Suele desaparecer tras adolescencia. Electroencefalograma durante el ataque: desincronizado, patrones de estadio 1 mezclados con otras frecuencias, predominantemente theta o un ritmo alfa continuo no reactivo; el ataque puede ser provocado despertando al individuo predispuesto, desde el sueño de ondas lentas. La jaqueca oftálmica se asocia al sonambulismo. En niños suele empezar en menores de 10 años, terminar antes de los 15 y tener incidencia familiar. En el de inicio en adultos no suele ser familiar ni existir trastorno psicopatológico desencadenante. Diagnóstico diferencial: epilepsia, paseos nocturnos en viejos (síndrome del sundowner), fugas (dura más, conducta más compleja), borrachera del sueño.
Distonía hipnogénica paroxística: NREM. Parasomnia. Movimientos distónicos inducidos por el sueño, por ejemplo, rotación lenta de cabeza o tronco, con frecuentes movimientos de miembros en abducción, flexión o extensión. 15-60 segundos (pueden aparecer en vigilia y asociarse a crisis generalizadas) o más prolongados (hasta 1 hora) que pueden preceder al desarrollo de un corea de Huntington. El sujeto puede tumbarse tras sentarse una y otra vez. Pueden abrir los ojos pero no responden. Ocurren durante el sueño de ondas lentas y no se han encontrado durante el sueño REM, tampoco se ha encontrado sonambulismo ni terrores nocturnos concomitantemente. Electroencefalograma: no aparecen descargas, de ahí que sea difícil detectar la epilepsia, ya que podría tratarse de una crisis parcial durante el sueño; en principio el electroencefalograma es normal salvo que haya epilepsia sobreañadida. Tratamiento: tegretol. La distonía paroxística nocturna consiste en un ataque en fase NREM de despertar repentino y agitación motora con posturas distónicas y actividad semipropositiva. Recurre varias veces por noche. Hay 3 tipos: ataques breves (menor de 2 minutos), largos (más de 5 minutos), e intermedios. No mejora espontáneamente.
Terrores nocturnos: 1-5% de los escolares. Grito seguido de comportamiento ansioso. Más frecuente durante el primer tercio de la noche. Taquicardia, taquipnea, gesto de miedo, sudoración, pupilas dilatadas. No se alcanza consciencia plena hasta 5 o 10 minutos tras el inicio del ataque. Durante ese tiempo no se consigue consolarles; el ataque debe seguir su curso. Apenas se recuerdan imágenes, que pueden consistir en una sola escena, más que en una secuencia organizada de hechos, como sucede con los sueños. Puede haber sensación de asfixia, aplastamiento, palpitaciones, parálisis o muerte inminente. Aparece durante fases 3 y 4, y se asocian con rápida desincronización hacia patrones de vigilia rápidos y de bajo voltaje, y aumento de la frecuencia cardíaca, taquipnea, aumento del tono muscular y otros patrones de despertamiento brusco o agudo. Desencadenados por: privación de sueño, fiebre, depresores del sistema nervioso central. La intensidad del terror nocturno, medida por el aumento de la frecuencia cardíaca, es proporcional a la duración del sueño de ondas lentas precedente. Los pacientes no suelen recordar el ataque al día siguiente. Si suceden muchos en una misma noche pueden aparecer en fase 2. Tratamiento: diazepam antes de acostarse. En niños (pavor nocturnus) no precisa tratamiento. En adultos (incubus attack), diazepam, 2 miligramos/24 horas.
-Sueños terroríficos (ataques de ansiedad durante el sueño): sueños organizados, gemidos o quejidos (pero no gritos ni comportamiento de pánico), taquicardia y taquipnea (menor que en el terror). No se acompaña de la confusión ni la desorientación de los ataques de terror. Se recupera rápidamente la conciencia tras despertarse. Más frecuente en la segunda mitad de la noche. Están asociados al sueño REM. Aparecen en personas predispuestas durante periodos de inseguridad o conflictos, y son particularmente frecuentes en situaciones de aumento de sueño REM, por ejemplo, en rebote REM tras supresión REM, en estrés, en relación con uso de drogas (hipnóticos, estimulantes, alcohol). Se tratan tanto en niños como en adultos con diazepam. Diagnóstico diferencial con alucinaciones hipnagógicas.
-Trastornos motores durante el sueño:
Criterio convencional: anormal más de 5 movimientos por hora.
Mioclonus nocturno: movimientos periódicos durante el sueño (causa de hipersomnia por anormalidades motoras). Periodos de movimientos estereotipados y repetitivos en piernas, presentes sólo durante el sueño. Puede causar somnolencia diurna excesiva. Afecta con más frecuencia a las dos piernas. El movimiento semeja una respuesta refleja de retirada (extensión dedo gordo, flexión de rodilla, tobillo y muslo). Los movimientos son lentos, duran de 0,5-2 segundos y son más tónicos que clónicos, por lo que el término mioclonus no es adecuado, dado que además hay mioclonus nocturnos verdaderos. Los movimientos son seudorrítmicos y recurrentes cada 20-80 segundos en periodos extensos de sueño. Movimiento semejante a Babinski. Puede incluir al miembro superior. El movimiento puede asociarse a microarousal. Puede acompañarse de arousal (alfa, complejo K). El insomnio puede ser la causa de consulta. Diagnóstico: más de 5 movimientos/hora de sueño. Aumenta con privación de sueño y con antidepresivos tricíclicos. Electromiograma de tibial anterior para detectar su presencia y distribución temporal. Los pacientes no suelen ser conscientes del movimiento y ser el acompañante el que descubra el mioclonus. La fragmentación del sueño puede asociarse a este mioclonus. Tratamientos: benzodiacepinas, carbamazepina, opiáceos, L-dopa, etc.
Mioclonus NREM fragmentario: mioclonus twitch-like breve, menor de 200 milisegundos, en sueño NREM. Afecta a varios grupos musculares de forma asincrónica y asimétrica. Puede asociarse a somnolencia diurna excesiva (hipersomnia por anormalidades motoras). No suelen causar arousal, y casi nunca las nota el durmiente, aunque el acompañante sí. Puede asociarse a fasciculaciones benignas. Las contracciones no se producen en brotes, como sí ocurre en el mioclonus REM fisiológico. Puede asociarse a movimientos periódicos durante el sueño y, al igual que estos, puede aparecer con otras causas de somnolencia diurna excesiva o en solitario. Monitorización electromiográfica; por ejemplo: tríceps, bíceps, cuádriceps, gemelos bilaterales.
Síndrome de piernas inquietas: síndrome de Ekbom, enfermedad de Willis-Ekbom; discinesias en extremidades inferiores durante la inmovilidad, acentuadas por la somnolencia, con urgencia irresistible por mover las piernas, e insomnio del inicio del sueño. Con frecuencia se asocia a movimientos periódicos durante el sueño, lo cual puede llevar al despertar y vuelta a las piernas inquietas. La asociación síndrome de Ekbom y mioclonus nocturno es frecuente, en cambio, el mioclonus nocturno con síndrome de Ekbom es poco frecuente. La mayoría tienen enfermedad vascular o del sistema nervioso periférico. Es más frecuente durante el embarazo. Mejora durante procesos febriles. Tratamiento: clonazepam, dosis nocturna de 0,5-2 miligramos, descansando fines de semana y vacaciones. Descartar: esclerosis lateral amiotrófica, trastornos circulatorios, ferropenia, falta de folato, falta de vitaminas, cafeinismo, uremia, diabetes, carcinoma, polio, neuropatía. Empeora con la edad, con la privación de sueño y el embarazo. En un tercio de los casos parece haber incidencia familiar.
Mioclonus generalizado hipnagógico: es un mioclonus generalizado, breve, normal, al inicio del sueño (nocturnal startle). En somnolencia, en fase 1. Si aumenta intensidad y frecuencia puede producir insomnio del inicio del sueño.
Jactatio capitis nocturna: head banging.
-Trastornos del sueño y enfermedad vascular cerebral: afectación cortical: disminución de K, sigma y ondas delta en sueño de ondas lentas. Tálamo: insomnio. Mesencéfalo: somnolencia. Protuberancia: hiposomnia con parálisis de la mirada bilateral. Bulbo: apnea del sueño. Ataque isquémico transitorio vertebrobasilar: narcolepsia. Oclusión bilateral de las arterias talamosubtalámicas paramedianas: alteración brusca de la conciencia, seguida de hipersomnia fluctuante y oftalmoplejía bilateral (sobre todo vertical), con frecuencia aparece hipomnesia, apatía, signos cognitivos, signos piramidales y extrapiramidales (por ejemplo: hipofonía y asterixis).
-Sueño y unidad de cuidados intensivos: sueño-anabolismo; vigilia-catabolismo. Aumento de la relación vigilia/sueño conlleva disminución de inmunidad celular. En 3-7 días de privación de sueño (influyen edad y gravedad) hay alteración del estado mental (diagnóstico diferencial con parasomnias, por ejemplo, con el trastorno del comportamiento del sueño REM), y peor respuesta a la hipercapnia (hay que añadir la desorientación y el ruido, sobre todo el variable o “polución sonora”, y hay que añadir el dolor, la ansiedad y la medicación). Tratamiento: entorno, morfina (dolor), midazolam o lorazepam (sedantes), hidrato de cloral o zolpidem (hipnóticos, que aumentan el tiempo total del sueño y disminuyen la latencia del sueño).